Me da que va a ser imposible dejar la crisis atrás. Por lo que se ve sólo hay una salida, nada novedosa por otra parte. Se trata de que el despido sea más sencillo de lo que ya es, como si el empleo fuese la carga que impide avanzar. (...) Los aspirantes a empresarios van aprendiendo bien la lección. David Álvarez -un portento con veintiún matrículas de honor en Sarriko- repetía las tesis de los empresarios en la entrevista de la última página del pasado domingo. Su receta en nada difiere a las proclamas de las organizaciones empresariales: «Unos van al paro con 45 días y otros con una mano delante y otra detrás», asegura para apuntarse a la tesis de la flexibilidad. Pobres empresarios, debía haber añadido para que le quedara más bonito. Por lo que se ve en la Facultad de Económicas de Sarriko sólo enseñan un tipo de soluciones. Pero hay otras que bien valdría la pena explorar, que no sea por no intentar. Ya que lo realmente importante no es destruir empleo sino generarlo, podría plantearse, por poner un ejemplo, rebajar las cotizaciones de los trabajadores durante un determinado periodo (...) esas medidas acarrearían otras, pero peor sería para todos que no hubiera empresas que puedan cotizar. O que sólo haya trabajadores sin derechos -que cada vez hay más por cierto- porque entonces las empresas se largarían a la menor dificultad. Y no sé si eso enseñan en Sarriko.